Transformar una casa va mucho más allá de mover muebles o cambiar colores. Es un proceso profundo, casi íntimo, que comienza con una pregunta esencial: ¿cómo quiero vivir mi hogar?
En este artículo no vas a encontrar consejos vacíos ni tendencias pasajeras, sino una mirada honesta al diseño de interiores como herramienta de transformación real. Desde espacios pequeños con ideas grandes hasta el verdadero significado del lujo hoy, hablaremos de cómo un buen diseño no se ve, se vive.
Si estás pensando en rediseñar tu casa (o simplemente sientes que algo no encaja) este puede ser el punto de partida para empezar a imaginar, con sentido, el hogar que de verdad quieres habitar.
Este no es un artículo técnico, es una conversación con un diseñador que ha visto cómo se transforman muchas casas sin alma en verdaderos hogares y aprendido que lo importante no está en el color, el material o la tendencia…
Hoy en este artículo vamos a hablar de:
Todo desde la mirada honesta de quienes diseñan interiores no para ser observados, sino para ser vividos.
A veces los clientes llegan al estudio pensando que buscan «una decoración bonita». Pero la verdad es que, cuando empezamos a hablar, nos damos cuenta de que lo que buscan es otra cosa. Quieren que su casa les represente, que sea cómoda, que no les agobie. Y ahí es donde entra realmente el diseño de interiores, que va mucho más allá de elegir el color del sofá.
Por ejemplo, en lugar de decidir si el salón necesita cojines nuevos, te pregunto: ¿Cómo usas este espacio? ¿Ves pelis aquí? ¿Comes en el sofá? ¿Te gusta leer con luz natural?
Porque si no has reflexionado sobre cómo vives tu casa o cómo quieres vivirla, es imposible mejorarla. Si no te haces las preguntas adecuadas y comprendes por qué ciertas cosas no funcionan, puedes acabar comprando de más sin resolver nada.
El diseño empieza con esas preguntas y otras muchas preguntas. Luego viene lo demás: materiales, distribución, iluminación, estilo, tendencia… Pero todo tiene su origen en la pregunta mágica: ¿cómo te hace sentir tu casa y cómo te gustaría que fuera?
Espacios pequeños, ideas grandes
Diseñar espacios pequeños es uno de los mayores retos… pero también una de las mayores satisfacciones. Hoy en día, vivimos en casas más pequeñas y que por tanto tienen que ser más funcionales. De eso las nuevas generaciones sabemos mucho. Buscamos la practicidad y la belleza en la pureza, no acumulamos ni queremos ser ostentosos, pero necesitamos espacios que fluyan y cambien a nuestro ritmo adaptándonos a nosotros constantemente.
Diseñar espacios pequeños puede ser un reto, pero de los retos a menudo se obtienen los mejores resultados. Cuando tienes pocos metros, cada decisión cuenta. No hay lugar para lo que no sirve. Y eso, lejos de ser un problema, en realidad es una ventaja.
Piensa en un piso pequeño de unos 40 m² o 50 m². Podrías pensar que es imposible tener ahí un salón acogedor, una cocina cómoda, una zona de teletrabajo… Pero es posible si el espacio se diseña bien.
Y no se trata de esconder cosas. Se trata de hacer que todo tenga un motivo y que los espacios y los objetos sean flexibles y se adapten a nuestras necesidades. Por ejemplo, una estantería baja podría hacer las veces de banco para el comedor si algún día tenemos invitados… Las puertas de paso podrían deslizarse para no robar espacio y permitir que la luz entre, rebote y fluya. O quizá se trata de ubicar bien las hojas de las puertas abatibles…
Una de las cosas más bonitas de nuestro trabajo es cuando un cliente está feliz porque gracias a nosotros a abierto la mente y ha visto nuevas y mejores posibilidades para su casa. Quizá la compró con una idea preconcebida de cómo se podría amueblar o reformar y quizá lleva ya varios años viviendo con lo que hay y a menudo nos dicen: «No sabía que podía vivir tan bien en tan poco espacio, tengo justo lo que necesito».
Muchas veces, cuando alguien habla de diseño de interiores de lujo, lo primero que imaginamos es mármol, dorados, algo ostentoso o exótico… Pero eso ya no es así. Hoy el lujo no se trata de acumular y añadir objetos y materiales caros, el lujo ahora es una forma de habitar el espacio. No tiene que ver con exhibir, sino con mejorar la experiencia.
El lujo es tener una casa saludable, evitando los productos industrializados con materiales que no son respetuosas con el medio ambiente y con nuestro propio cuerpo. En el estudio, trabajamos mucho con materiales que tienen vida: madera, lino, piedra sin tratar, cal. No sólo porque estén de moda, sino porque son más respetuosas con el medio ambiente y con nuestra propia salud además aportan calidez al espacio y envejecen mejor…
Pero es cierto que los materiales naturales son los más delicados y no siempre son la mejor opción si no estamos dispuestos a cuidarlos y mantenerlos. Por ejemplo, quizá si tienes una mascota o niños pequeños sea mas conveniente instalar una tarima laminada porque será mas resistente, o quizá valoras más que un suelo que se mantenga impecable un suelo cálido de madera natural que puedas acuchillar de vez en cuando para que recupere su brillo.
A veces, el lujo también está en esas pequeñas cosas que a veces pasan desapercibidas…
Una casa luminosa, ventilación cruzada, un rincón acogedor, una iluminación artificial cálida e indirecta bien pensada que resalte el diseño de tu casa…
Lujo también puede ser una puerta que no hace ruido. Un suelo que no cruje o vence, un tirador cómodo… Una ducha termostática que mantiene la temperatura perfecta o una tapa de inodoro que amortigua la caída y no hace ruido… Ese tipo de detalles no suelen salir en fotos. Pero cuando vives ahí la casa, comprendes la diferencia.
A veces nos dicen: «Me encanta el diseño moderno, pero intenté aplicarlo a mi casa y no la siento acogedora». Muchas veces emos como las principales ideas del diseño moderno no se aplican bien y terminamos por vivir en casas que tienen aire de clínicas. Porque muchas veces se confunde lo moderno con lo frío y lo minimalista con lo impersonal.
Pero para nosotros, una casa de estilo moderno es otra cosa. Es un espacio que respira orden, pero no rigidez. Que se ve limpio, pero no vacío. Que tiene lo necesario, sin renunciar a la comodidad y a la calidez de un hogar.
Una casa moderna debe estar muy bien pensada. No debe haber nada que sobre ni que falte y encontrar ese equilibrio y la calidez puede ser una tarea difícil para alguien que no se dedica al mundo del diseño de interior. La clave suele estar en encontrar lo esencial y la calma en cada espacio. Por ejemplo, en el dormitorio los armarios deben estar bien integrados. La cocina debe ser cómoda y acompañar al uso, no imponer o llamar la atención. El tiene que ser práctico y al mismo tiempo un lugar de pausa y calma.
El concepto de espacios modernos, bien hecho, no impone un estilo. Porque las decisiones tienen sentido, no solo estética. Es una forma de vivir y debe acompañar tu forma de vivir y habitar la casa. El concepto moderno suele ser más atemporal porque al buscar la esencia es menos arriesgado. Además, los materiales suelen ser nobles y duraderos.
Una de las preguntas más importantes que tienes que hacerte cuando decides rediseñar tu casa es: ¿Con quién quiero hacer esto?
Porque el proceso de diseño no va solo de planos, ni de renders. Va de confianza. De cómo te sientes al otro lado de la mesa. De si te sientes escuchado y comprendido. De si se interesan por saber qué es lo que realmente necesitas en lugar de preguntarte qué es lo que quieres o tienes pensado.
En nuestra experiencia, un buen estudio de diseño no es el que más premios o seguidores tiene, ni el que muestra las casas más espectaculares en las revistas de diseño. El mejor estudio de arquitectura o diseño de interiores es el que te pregunta cosas que ni tú te habías planteado. El que se pone en tu piel para imaginar cómo se habita tu casa, el que respeta tus ideas y tus gustos, pero sabe ayudarte a pulirlas y afinarlas. En definitiva, es el que no intenta impresionarte, sino entenderte y ayudarte e ver el diseño y tu propia casa con nuevos ojos en los que se ven nuevas posibilidades y donde todo tiene sentido y armonía.
En Araka, por ejemplo, cada proyecto empieza igual: con una conversación sin expectativas donde nos conocemos e intentamos entender cómo vivís y qué es lo que realmente os hace felices. Ese es el punto de partida real, desde dónde empezamos a diseñar con la función antes que la forma, antes que el material y que el color… ahí es donde empieza el diseño entendiendo quién eres, cómo vives, qué necesitas y qué te hace feliz… Después ya habrá tiempo para hablar de tendencias y de moda.
Sí, parar. No medir, no elegir colores. Parar. Observar tu casa como si la vieras por primera vez. Preguntarte qué te molesta, qué te falta, qué ya no encaja. Muchas veces el problema no es el sofá, sino que no sabes dónde ponerlo. O que no estás usando el salón como podrías.
Antes de diseñar, hay que entender. Y para eso hace falta tiempo, escucha y, sobre todo, honestidad
Aquí empieza la parte bonita. Y a veces también la difícil. Porque imaginar una casa diferente da vértigo. Pero también es emocionante. En esta fase se abre el juego. Pensamos en posibilidades. A veces radicales, a veces sutiles. Pero todas con un objetivo: que vivas mejor, sacar el máximo partido a tu casa y hacer que esta se adapte a ti y no al revés.
Y no hablamos solo de estética, hablamos de funcionalidad, de cómo se sentirá habitar ese espacio… Porque no es lo mismo una casa que un hogar.
Materiales, iluminación, acabados, distribución. Aquí hay muchas decisiones que tomar. Pero si el proceso está bien guiado, no tiene por qué ser abrumador. A veces se trata solo de encontrar la lógica que lo ordena todo.
Normalmente una opción es mejor que otra por qué no porque sea más cara o bonita, sino porque encaja contigo y encaja en el espacio. Quizá son aspectos sutiles como que esa luz no cansa la vista, ese mueble cabe sin forzar nada, el eco de la habitación se reduce, el punto focal del salón pasa a ser ese cuadro o espejo que tanto te gusta…
Y cuando todo tiene sentido, elegir deja de dar miedo. Empieza a dar seguridad.
La palabra “obra” asusta. Y con razón: hemos oído historias para no dormir y hemos rescatado alguna que otra casa del caos de una obra sin sentido, ni control… Pero una reforma no tiene por qué ser una pesadilla si se hace bien. A nosotros nos encanta ver cómo todo toma forma poco a poco y el sueño se vuelve realidad.
Con planificación realista con un equipo coordinado, con anticipación y cuidado, la reforma puede vivirse con ilusión. Claro que hay polvo y ruido y siempre o casi siempre hay imprevistos como en la vida misma. Pero también hay algo muy potente: la sensación de que estamos en el camino correcto para transformar tu casa en el hogar que siempre has soñado, que puede que no sea de revista pero que te hará feliz cada día que entres en casa y pienses: “hogar dulce hogar” cuando se convierta en tu rincón favorito del mundo.
Hay cosas que muchas veces se pasan por alto, pero que hacen que un espacio funcione o no. Hoy te compartimos el secreto de cuáles son esos «pequeños grandes detalles» que siempre tenemos en cuenta:
No se habla mucho de esto, pero créeme: el silencio se diseña. Con materiales que absorben el sonido, con espacios que no reverberan. El confort acústico es importante. Una casa tranquila no es una casa sin ruido, es una casa que procesa el ruido, lo absorbe y lo controla.
No se habla mucho de esto, pero es importante aprender a componer el espacio, respetando las zonas vacías. En diseño la composición sigue los mismos criterios que en el arte y la fotografía. Es necesario tener aire, espacio en blanco para que resalten los elementos que estamos añadiendo. Si tienes una pared vacía y quieres añadir algunas fotos o cuadros es mejor que te guíes por las reglas compositivas básicas. Créeme: el vacío, el espacio en blanco se diseña y es tan importante como el opuesto. Esto también pasa en la distribución, necesitas tener áreas vacías que balanceen el peso visual de la estancia y permitan el paso y el transito fluido. Un espacio cómo de transitar y vivir también habla del buen diseño que hay detrás.
Diseñar bien la luz no es llenar todo el techo de halógenos para que a mitad de la noche podamos convertir nuestro hogar en una lonja de pescado. Tampoco es elegir un foco bonito. Es saber cómo entra el sol en invierno o en verano a las cuatro de la tarde. Es saber cómo acompañar una cena con luz cálida. Cómo no deslumbrarte en el baño por la mañana o durante la noche. Es replantear la luz de la cocina para no hacerte sombra en la encimera o que no se te canse la vista cuando estás en el comedor.
La luz no es un detalle. Es esa parte del diseño que se siente y apela a lo más emocional.
¿A quien no le hace feliz los colores de la “golden hour” y ¿si diseñamos pensando en nuestra propia golden hour en casa?
Cuando todo encaja (sin que se note)
En los mejores proyectos todo encaja de forma natural, nada está forzado. Suele parecer que siempre ha estado así. No hay nada fuera de lugar, y los focos de atención le dan carácter y punto de fuga al espacio sin resaltar o agobiar demasiado
Cuando entras y todo fluye sin saber por qué, significa que hay un buen diseño.
¿Un buen diseño de interiores requiere hacer obra?
No necesariamente. A veces basta con reorganizar, cambiar materiales o trabajar la luz. Otras veces puede requerir alguna pequeña intervención de “obra” como mover un radiador mal ubicado o algunos puntos de luz.
Pero si lo que necesitas es transformar de verdad, porque tienes un espacio realmente mal distribuido o diseñado o porque está anticuado y corresponde a otra época y otra forma de vida puede que haya que mover cosas.
Lo verás más claro una vez te hayas hecho esas preguntas tan importantes de las que ya hemos hablado y seas honesto con cómo quieres vivir y qué elementos te molestan o te separan del diseño que deseas.
¿Quién elige el estilo: el diseñador o yo?
Tú. Siempre tú. Nosotros te ayudamos a traducirlo, a darle forma, a afinarlo, a llevarlo a la práctica de la manera más armónica y a medida para ti y para tu casa. Pero nunca imponemos un estilo, no hay un estilo mejor que otro, cada uno responde a una forma diferente de afrontar el diseño, está asociado a una época, contexto, clima… y es cierto que hay diseños o tendencias que se ensamblan a la perfección en situaciones concretas porque van en sintonía con el entorno, pero siempre podemos inspirarnos y adaptar la tendencia con la que te sientas más en casa. Porque si no habla de ti, si no refleja quién eres, no es tu diseño.
¿Cómo sé que el presupuesto es coherente?
Porque lo entenderás. Te lo desglosaremos punto por punto para que entiendas el alcance del diseño y todo lo que abarca e incluye y por qué nuestra forma de trabajar está afinada con cada cliente y proyecto. Pero lo más importante es que te sientas cómodo y aprecies el trabajo y el valor añadido que hay en contratar un equipo profesional.
Otro aspecto importante para valorar es la confianza que te aportan los profesionales, el proceso de diseño requiere de una relación a corto o medio plazo y como en cualquier relación sentirse a gusto, cómodo comprendido y confiar son aspectos clave.
Si estás inseguro quizá no sea el equipo o el momento oportuno.
¿Vale la pena invertir en esto?
Solo si valoras tener un hogar a tu medida, que te represente, que sea cómodo y funcional que esté bien diseñado.
Si quieres un hogar que transmita orden y calma y sientas que se adapta a tus necesidades y a tu modo de vida en lugar de tener que adaptarte tú a la casa. Si valoras el trabajo que puede hacer un equipo profesional y deseas que esta se transforme completamente. Si buscas funcionalidad y estética. Si crees que tu casa puede darte calma, orden, belleza y bienestar.
Entonces sí, vale la pena. Mucho.
Al final de todo, cuando la obra se ha terminado, se han vaciado las cajas, y todo está en su sitio se respira una calma y un orden especial en el ambiente y el resultado no es solo una casa bonita es un espacio cómodo, acogedor, cualificado, funcional, que fluye en armonía con paz y orden. Donde puedes sentirte tú y no te molestaría el encierro por una pandemia o una nevada porque estás en tu rincón favorito del mundo, por fin sientes que estás en tu hogar.
Y eso es diseño de interiores.
En Araka Estudio lo sabemos bien y estamos dispuestos a guiarte en este emocionante proceso.